El caso del cineasta Roman Polanski genera opiniones divididas: mientras que numerosos dirigentes y artistas lo apoyan, también se multiplican las voces de quienes creen que es hora de que responda por la acusación de abusos a una menor después de más de 30 años.La edición online del semanario francés Le Point informa hoy que el 97 por ciento de los casi 500 bloggers que comentaron el caso del director de 76 años aplaudieron su detención por parte de la policía suiza el pasado sábado.Polanski se declaró culpable en 1977 de una relación sexual ilícita con una menor, pero huyó de Estados Unidos antes de que se conociera la sentencia. La niña, de 13 años, declaró que abusó de ella tras darle champán y sedantes.Muchos ciudadanos criticaron el apoyo de la intelectualidad francesa al aclamado director de "El pianista" o "Chinatown" y subrayaron el tratamiento de privilegio que parece tener por ser famoso y rico.Hubo reacciones similares en todo el mundo, como la de una carta de un lector al periódico The Australia en la que se señala: "Si (Polanski) no fuera famoso, ¿alguien consideraría que su arresto es inusual? Si fuera un cura católico o un maestro de escuela nadie simpatizaría con él".El periódico español El Mundo comenta a su vez hoy en su editorial: "Lo que no se entiende es por qué Polanski ha sido detenido ahora, tres décadas después de escapar de EEUU. Sea como fuere, el director polaco debería ser extraditado para responder de una acusación tan grave, ya que nadie está por encima de las leyes. Lo contrario sería la impunidad".Igor Janke, un ciudadano que escribe al periódico polaco Rzeczpospolita, se pregunta a su vez: "¿cómo es posible que altos funcionarios de la república (de Polonia) digan que van a usar los mecanismos del Estado para defender a alguien que cometió un crimen? ¿por qué? ¿porque les gustan sus películas? (...) Es una burla a la democracia"."No, el mundo entero no está con Polanski", señala por su parte la conocida columnista italiana Maria Laura Rodota en el Corriere della Sera. Y hay que explicar eso, concluye, "no tanto a los ministros franceses, actores, directores y otras celebridades (que lo defienden), sino a las niñas de 13 años en todas partes".
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